miércoles, 17 de abril de 2013

Suponer.

Brillante, brillante a los sonidos árabes y los violines desafinados. Se me hiela la sangre al saberte, y suponer que me miras, escondida entre las nieblas nocturnas.
Muchos corren, luego comienzan a observar, se echan a llorar y siguen corriendo hasta gastar sus piernas. Le vamos llevando el ritmo a la vida, preguntándonos constantemente si hemos vivido lo suficiente como para tener las manos tan heladas con el roce del viento. Sin darnos cuenta del peso en la espalda ni la compañía súbita del reflejo de las ventanas lejanas e imitadoras al infinito naranjo.
Muchos le temen a la violencia, desvanecen la mirada, se distraen. Quizás, quieran no saber. Y quedaron sin saber nada.

Pero no me importa. Es jodido, me explicas todo esto pero perdiste las cuerdas vocales. Me pides ayuda pero ya estoy cansado, y tu estás de espaldas hacia mis narices.
Es aquí, solo aquí, cuando después de decepcionarte de mi, despejarás la zona, lloverá el sol y correrás al naranjo ventanal inmundo
de violencia y distraída.



Queremos lograrlo. Podemos lograrlo. Pero ¿por qué no dejarlo para otra ocasión?

domingo, 7 de abril de 2013

Dos Matices.

Frío, el amigo frío vestido de añejo papel. El que torna los recuerdos y los momentos transcurridos en amarillento terror. Cuando el corazón se secó, se siguió la ruta, pues la vida es aburrida cuando tienes pendiente algo que hacer. Aún no logro avanzar bien.
La gente dice que es frío, pero estoy soñando, nunca he sentido frío en sueño. Siento cansancio y malestar en los huesos. Es aquí, donde nunca oscurece, donde el tiempo cada segundo asesina una célula de juventud de mi mal habido cuerpo, de mis memorias y mi inconformidad. Donde los árboles y nubes son dos matices, que se unen para crear la imagen escrita de ahora.
El dolor ya no vuelve, porque ha dejado pariendo el sufrimiento entre telarañas y colores subterráneos. Pereciendo en la cárcel donde duermo, donde me siento.
El pecho se me aprisiona al panoramizar mi alrededor. El trabajo que realizan los sacos caminantes al avanzar sin caminar es impresionante, duran años sin saber dónde darán a dormir su cerebro. Se alimentan del dolor de cabeza de mis constelaciones, y persuaden al enemigo para transformarse en lo que llamamos Amor.

Dos clases de apreciaciones que poseería si sigue el tiempo hasta hoy. Un negro antiguo junto a un blanco amarillento de fantasmal consuelo, el marchito devenir. Solo quedan rondando en vela los compañeros de la muerte y la curiosidad, tomados de la mano, esperando a que salga y me una a sus objetivos.

Yo, tu azul, mi amarillo y sus rosas copiadas de un pulpo cuyos tentáculos les atraviesa el crisol de sus corneas, cono y bastón.

viernes, 1 de marzo de 2013

Comienzan los gritos

Ahora, clamen los aplausos. El nuevo acto surgirá, como un escenario frío y de niebla baja.
Le preguntará al señor encargado de llevarse las almas a un lugar donde mi cerebro recorra el lúgubre bosque, el bosque con voces y ecos, si es doloroso poder ser el encargado de tantas historias sin terminar. 
Pobre será quien tuviese el recorrido de sus pies. El brío en su actuar, las manos magulladas con el mango de la pala. Lo seguirá con los mismos amigos, los mismos miedos y las mismas consecuencias; rasgando los pies cuando los animales griten al verte cargar tu saco por ahí, en lugares indebidos.
Oh, ensordecedor lamento. Pausado tal cual ha sido siempre, sin sentido ni reclamar nada. Mientras el tiempo pasa tan rápido, y la luz se muere, se muere porque sigues ahí, lamentando tu desperdicio de vida carraspeada por revivir viejos años.
El viejo señor, te hará parar, y te dirá si es que quisieras descoser tu saco antes de que el tiempo destruya cada hueso en ti. Que el tiempo arrase con tus memorias, tu cuerpo y la pasión de tus logros. Que el tiempo final pueda al fin sacarte la mugre de tus arrugados y cansados ojos y decir: yo pude, pero ahora no. Sucumbiendo al apagón de tus ojos, a la calma de tu pecho, al silencio de tus pulmones y al adiós de tu ser.
¿No sabes dónde encontraste al viejo historiador desgastado? ¿Al señor del cual tanto hablo? Es irritante. No sabrás ni si quiera qué será lo que te espera. Refuerzas los hilos con más y más albedríos.
Si no lo encuentras, hazle un favor a este pobre humano que está escribiendo esto y desaparece. Porque a esta obra no perteneces. Es una audiencia mayor, solo apto para personas que aún conservan sus gracias.
Para personas que a pesar de todo, sus comodidades y sus desgastes, sigan teniendo algo que decir.

Gracias. Pasemos a la siguiente parte.

jueves, 21 de febrero de 2013

Habla con fantasmas.

Verde, rojo, amarillo, o el arcoíris que cambió mi papel. Cambié el destino y parábolas exquisitas y eternas de un camino empedrado y metropolitano por 350 cc de cuentos burdos y típicos.

Hay aullidos ténues aún de lo que soy y lo que quizás sea. Con menos experiencias quizás, saliendo siempre con alguien.
Estaba enardecido y enamorado de la tierra, la fastidiosa tierra que me hacía opinar con más cosas de la tierra. Era una cuerda mal puesta y sonaba tan bien, tan clara, tan profesional.
Me odiaba, mi gemelo me odiaba a morir. Y todo ¿Por qué? Porque no tenía la culpa de posicionar mi putrefacta y pecaminada existencia en el lugar más alejado y desesperante de mis inspiraciones. Las piedras, las ramas, el humo y las voces.. las voces que originaban letras. Letras que originaban pensamiento. Pensamiento que me daba a luz.
Es cierto, el alma puede prender fuego, o el corazón eterno encandecido, porque me deterioró. Con labios rotos y heridas en la boca le hablo de arte a los demás, y esas heridas me las hice yo mismo; al tener lo que a lo mejor quise.
Hay demasiadas cosas tan simples y baratas que ofrece este inmenso mundo. Cosas que se muestran a todos sin concesión. Todo el mundo las logra, es como una gran prisión, de alta seguridad, seguridad impuesta por el dinero y las cosas que debes hacer por conseguirlo y tener un grado de libertad mayor a tus deseos. Quizás, y slo quizás, yo también debí entrar, cometer el crimen de de abrir los ojos, y decir que necesito entrar a la Universidad, salir por salir y no por perder el tiempo escuchando música, descubriendo la escencia de las creaciones que vas logrando ingeniar. Entré, y salí reformado para los demás, y yo estaba acuchillandome todo el rato pidiendo alimento. Antes no era así, antes creaba un mundo en el que el atardecer duraba actualmente 18 años, en que los pasos sonaban como canciones y que los detalles eran mis extremidades tan útiles. Corté y me descuarticé solo, sin ayuda. La gente no ayuda a eso, ellos solo son creaciones propias para la autoflagelación de la memoria constante en la creatividad del ser humano capaz de captar su existencia gélida y diminuida ante los ojos de su mente.

¿O acaso estaré mal?

martes, 22 de enero de 2013

Burda tragicomedia, que empieza con dos locos de remate cayendo al abismo. Uno se salva, y yo sigo abajo. Él esta en la cima, él está con su piel insensible de tanto viento que le roza la cara. Digo que hay oscuridad acá abajo, con luciérnagas que mueren y piedras que mueren dos veces.

La maldición impar es la protagonista. Todo comenzó cuando empecé a sentir el regocijo de cualquier ser humano que puede notar que tiene amigos, trabajo, pareja, una mascota o dos, y mucho tiempo de ocio. Mi ser es así, con el lugar correcto, las personas correctas, y el gato correcto.
NONONO! NUNCA. 
Falta el Kurt pues. Falta el Gustavo. Falta la María y su vida novelera. Falta cambiarme juegos con el Yordan. Falta jugar una pichanguita con el Mati. Falta ser amigo de todo el colegio. Falta el desenfreno por mi sencillez y mi apariencia. Falto yo, solo yo.

Nostalgia, que tiene fecha de espiración, pero ojo: vuelve a nacer.

Fin

de parte del huevón que hace parecer mejor a los demás compinches.

domingo, 13 de enero de 2013

2013

Todo es una mierda, yo soy una mierda
malos tiempos y mucho calor, la gente dice muchas groserías
pero ya pasará.
Nada me sale bien y tomo decisiones inútiles cuando son buenas
debo vivir tras alguien para progresar, siendo yo, moriría de sed
pero ya terminará.
Le fallé a mi público mientras pasaba el tiempo
soy una mísera mierda que camina y se arrastra
pero ya colapsará.

Viento, viento mueve las cornisas, saca las camisas. Toma el sol.
Solo un suspiro para drenar sangre al área perjudicada. Sonríe y recibe, pero siempre menos que los demás.

Te espero, esperaré como ahora. Nunca haré nada más a mano, aunque me traten bien y bla bla bla.

No se molesten, ya terminé. Sin placeres o tiempos extra.