sábado, 4 de febrero de 2012

Ya ni al despertar con ansias locas de llamar ni conectarse ni nada son lo mismo. Una larga búsqueda de la realidad interpretada en kilómetros y kilómetros, algo tan simple de cruzar, ¡pero aún nada!
Dios! Es tan estresante. No queda nada de ganas. Inútiles esfuerzos de abanicar el suelo entre las cenizas encontrando aún un débil pero vivo pedacito de instancia.


Jódanse no tengo ánimos de escribir aún.