jueves, 23 de enero de 2014

Dedicación

Te miro, te observo y siento sin siquiera conocerte bien después de todos estos días. Las horas que siempre pasan sin advertir que ninguno de nosotros aún tiene deseos de desistir a estos deseos de volvernos uno, tal cual soñábamos.
Me transporto a tus lugares de manera súbita, sin sentido alguno. Nada de planes ni eventos fortuitos, solo estoy ahí, contigo, cuya escena solo está reflejada en nuestros esqueletos vestidos de siluetas rodeados de una oscuridad que luce ser infinita. 
Fuimos personas alegres para ese entonces, no podía creerlo, como siempre, solo podía sonreír bobamente ante cualquier halago que salía de tus sensuales y cálidos labios. Aún logro recordar, con mis grilletes y mis decisiones pasadas remojadas en más y más gente, esos ojos que daban un sepia profundo al horizonte, potenciados tiernamente con la luz solar del atardecer. No quería que me vieras, no quise verte por mucho, porque delataría mis intenciones que aún siguen vivas ilusamente aún después de todos los infiernos que visité.
Volví al sueño, volví a considerar normales las irregularidades, a que tus lugares y tu presencia sería tan hermosa como las lineas acá escritas. Es todo tan extraño. Pasé a ver tu alma y tu alma conmovió a la mía, a tal punto de robar mis horas de día en mi vida real. Porque eso eres: una fuerza tan poderosa como una muerte súbita, como un sentimiento de culpa después de una venganza redimida, como los vientos que se acumulan para desvelar mis ojos, y despertarme del eterno deseo, de la eterna espera.
Pero no es más  que eso ahora, un sueño. Tantas irregularidades que pienso; no creía lo mismo en mi dentro de aquel momento. Estaba viviendo solo para ti, solo coordinaba mis pensamientos y mi vida a tu pulso vital, a tu dinámica de persona como mi palpitar. Me descubres como alguien a quien daría su futuro y voluntad por tus sonrisas y tu atención solo a mi. Pero la única realidad hoy es la lluvia, la música de fondo y olor del café a mi lado. Suficientes para seguir de pie y vivir, queriendo volver a soñar.

Por ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario