
Cuando te veo a veces en nuevos espacios, tengo la necesidad de escuchar. Si te veré algún día, no quiero desinteresarme en lo que no haré.
Ahogándome en mi propio suspiro de corto rango, con ansias de que esos titiriteros de tus sentimientos de celo se pudran en sus intentos de socializarte como alguien más, dedico mi corta existencia a ti, como siempre, esta vez dándome cuenta de que no puedo más que escribir en ti, por ti, hacia ti. Se que suena raro, es una estúpida coincidencia que al conocerte hayas levantado el ánimo a expresarme así. Tú me haces amarte, tú me haces sufrir... enamorar quizás.
Saber que si al menos algo bueno puedo sacar de todo esto, es que mis impulsos son por ti, si amanezco cada día, es porque aún sé que sigues aquí, acompañando al mundo a hacerlo vivir.
Sé mi motor antilejano. Quiero deshacerme de las flores y comenzar a vivir, y amar viviendote, en tus ojos...en tu cabello. Eres tan irreal, pues jamás pensé en conocerte. Jamás pensé que ni incluso -tengo una motrocidad de escribir horrible ahora- te pude llegar a atraer.Ridículo, ¿No?
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